La necesidad obliga hacer cosas increíbles, quién iba a decir que esta especie que pone en peligro la biodiversidad marina se iba a extinguir a manos de su nuevo depredador: el pescador cubano

Por Andy Sierra Alvarez

El pez león deja de ser un peligro para la biodiversidad marina de la Isla. La captura desmedida por parte de los pescadores cubanos ha contribuido a la merma de la especie en la costa norte cubana. El miedo de enfrentarse a este animal terminó, después de probar su rica carne. Hasta ahora nadie se ha enfermado con ciguatera.

Se cree que esta especie comenzó su proceso de dispersión cuando seis ejemplares fueron liberados de forma accidental en la Bahía de Biscayne, Miami, tras el paso del huracán Andrew en 1992. Después de este evento el pez león ha colonizado diferentes regiones entre ellas el norte del Mar Caribe.

Alejandro Ríos, de 32 años, nos cuenta su experiencia: “Increíble, cuando iba a pescar submarino el pez león era un temor ya que estaba a punta de pie. Hoy lo busco para comer. Se encuentra, pero no igual que antes”.

El pez león es muy activo y voraz. La ausencia de depredadores potenciales como la cherna y otras especies, permitió su rápida expansión por nuestra área. Esta especie se convertiría en una seria amenaza para la biodiversidad marina y actividades económicas basadas en el turismo y la pesca. Otra experiencia en la captura de la especie fue contada por el pescador submarino Rolando Marrero, de 42 años. Él comenta que no es tan difícil de capturar, “solo hay que tener cuidado con las espinas. Yo se las corto con el cuchillo”. Todas las espinas del pez león son venenosas y un pinchazo con ellas es extremadamente doloroso. Después de ser pinchado los síntomas pueden ser sangramiento, parálisis en las extremidades, convulsiones, efectos cardiovasculares, inflamación, enrojecimiento, cefalea, ansiedad, confusión, mareo y náuseas.

Su carne ha provocado el aumento de su consumo, pero como muchos peces, éste también se alimenta de algas que contienen cigua toxinas (causa ciguatera en humanos). En el 2011 la Fundación Nature recomendó no consumir pez león a raíz de un estudio realizado con muestras de su carne. Éstos mostraron altos niveles de cigua toxinas. Roger López, de 37 años, también pescador dice: “Hasta ahora nadie ha padecido ciguatera al ingerir la carne del pez león, además la picúa (barracuda) produce ciguatera y las personas la consumen a suerte y verdad”. “En estos momentos no se puede estar viendo qué se come o qué no se come. Si es por el gobierno comeríamos todos moringa”, agregó López. La carencia de alimentos en la mesa de los cubanos genera alternativas en su búsqueda, muchas peligrosas. La extinción de este pez es beneficiosa para el ecosistema de la Isla, pero el peligro del consumo de esta especie todavía queda latente para quienes lo cazan.