Por el Dr. Martin Aróstegui
Director de Viajes y Exploraciones de Sol y Mar Magazine
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La ciudad de Machu Picchu fue creada durante el imperio Inca por el Rey Pachacuti alrededor del año 1450. Situada entre las cumbres de montañas de la cordillera de los Andes, esta ciudad escondida tuvo muchas funciones importantes, durante el imperio Inca. El Rey Inca era reconocido como el hijo del Sol, el dios supremo de los Inca. Su presencia como creador de esta ciudad le dio a Machu Picchu un carácter religioso muy importante. Los picos de las montañas alrededor de esta ciudad eran venerados por los Inca, quienes creían que sus estructuras poseían poderes sobrenaturales. Pachacuti ordenó la creación de templos para el estudio y la adoración del Sol y el Cóndor, los cuales poseían poderes sobrenaturales en la religión Inca. Estos templos son testimonio de la importancia espiritual de esta gran ciudad escondida entre las nubes, bosques y picos de los Andes. Quienes han tenido la oportunidad de visitar las ruinas de este gran monumento Inca han quedado impresionados por el poder espiritual que siempre está omnipresente en Machu Picchu. Esta ciudad Inca también sirvió como refugio espiritual para los miembros de la familia real y los sacerdotes Inca. Estudios reciente de la cultura Inca indican que Machu Picchu también sirvió como zona administrativa y fortaleza. El imperio Inca fue destruido por los conquistadores españoles que nunca pudieron descubrir este gran monumento de la civilización Inca. Machu Picchu, la ciudad perdida entre las nubes y las montañas, se mantuvo en secreto hasta que fue descubierta por el explorador Hiram Bigham en 1911. Hoy día miles de personas tienen la oportunidad de visitar este gran refugio espiritual y monumento de la civilización Inca. Al visitar a Machu Picchu se siente una experiencia espiritual similar a la percibida por los Inca hace cientos de años.